El PP vasco se muestra contrario a un recargo en el IRPF o a una nueva subida de impuestos “porque lastraría la recuperación económica y destruiría tejido industrial”. Su presidenta, Amaya Fernández, considera que un nuevo esfuerzo fiscal que supone, además, “olvidarse que los impuestos se subieron en 2013, amparándose en la crisis económica de 2008, y las instituciones gobernadas por PNV y PSE no ha querido corregir esa situación durante los años de la recuperación económica”.
Fernández añade que “en estas circunstancias, cuando las administraciones vascas no han querido corregir la carga fiscal impuesta a los vascos en 2008, no cabe añadirle una nueva subida de impuestos. Y, además, ese planteamiento parece contraproducente con los objetivos de recuperación económica que tenemos por delante. Penaliza el consumo privado y también la inversión empresarial no parecen las mejores recetas para salir adelante en el contexto actual”.
En este sentido, la presidenta ‘popular recuerda que el PP vasco planteó una reforma fiscal en 2017. “Una reforma fiscal que devolviera a los ciudadanos el esfuerzo que se les pidió en 2013 para afrontar la crisis económica. Los gobiernos de PNV y PSE lo rechazaron entonces. Lo hemos vuelto a plantear en las Juntas Generales de los tres territorios, y la respuesta ha vuelto a ser negativa ¿Cómo vamos a pedirle a los vascos más esfuerzo fiscal cuando el Gobierno vasco no ha querido devolver el que llevan haciendo en los últimos ocho años?”.
La presidenta del PP vasco recalca que el escenario actual “está protagonizado por la tramitación de ERTES, con una situación muy complicada en términos de empleo, con miles de autónomos peleando para poder seguir adelante con sus negocios, y con un buen número de empresas ajustando sus plantillas al máximo para afrontar las dificultades del mercado. Una nueva subida de impuestos no creemos que sea la mejor respuesta que puede ofrecer en estos momentos la Administración pública”.
“El PP vasco apuesta por políticas anticíclicas: bajada de impuestos y promover la expansión del crédito”. En este sentido, recalca que “hoy hemos conocido que el pasado mes de abril se perdieron en Euskadi 339 empresas; en marzo, fueron 1.768. En dos meses, tenemos que 2.107 empresas ya no están inscritas en la Seguridad Social. Para tener una visión del daño objetiva, apuntar que en el periodo de recuperación económica, en seis años sólo se consiguió recuperar 1.929 empresas”.
“Tenemos un frenazo importante en la demanda –concluye Fernández-. Porque los ciudadanos están moviéndose entre el pesimismo y la incertidumbre de una realidad laboral muy complicada. Acumulan, además, desde 2013 una carga fiscal que los gobierno de PNV y PSE se ha negado a corregir cuando las circunstancias económicas lo han permitido. No nos parece oportuno subir ahora impuestos, penalizar aún más el bolsillo de los ciudadanos”.