Gregorio Ordóñez intervino en representación del PP en un debate a tres con PSE y PNV el 16 de junio de 1994. Fue a aquel programa para valorar los resultados de las elecciones europeas del 94 junto al dirigente del PSE Fernando Buesa y junto a Joseba Egibar, del PNV. Pero hizo algo más que eso aquel día.

La izquierda abertzale acababa de sufrir un descalabro electoral, el PP había ganado sus primeras elecciones europeas y se había convertido en la primera fuerza en San Sebastián, mientras que en Guipúzcoa lo era Herri Batasuna. En aquel debate a tres el terrorismo salió a relucir. Egibar, en un mal intento de dejar a ETA en evidencia y de mostrar el sinsentido de sus atentados, aseguró que la banda criminal, lejos de estar contribuyendo en algo, estaba “españolizando al país”. Buesa, de forma muy acertada, le recordó que se equivocaba: “ETA no españoliza al país, ETA lo que ha hecho con la ayuda de Herri Batasuna es amordazar al país”. Ordóñez, como Buesa, también dijo algo importante: “La mejor noticia, incluso mejor noticia que nuestro magnífico resultado, es la bajada de HB y que HB no esté en Bruselas. Es la mejor noticia pensando en el ciudadano”.
Hoy se cumplen 24 años del asesinato de Gregorio Ordóñez a manos de ETA y ese debate en televisión, con Fernando Buesa presente seis años antes de que la banda también le asesinase a él, sirvió para que muchos ciudadanos pudieran sentirse reflejados en líderes que, como Gregorio Ordóñez o Fernando Buesa, eran ejemplo vivo del compromiso frente a la sinrazón terrorista y frente a la imposición de proyectos políticos fundamentados en el sectarismo y el fanatismo. 24 años después, Ordóñez sigue siendo un referente no sólo por las siglas a las que representaba o por cómo murió, sino por cómo defendía sus ideas y por el modo en que estas aspiraban a mejorar la sociedad. En definitiva, por su manera de vivir mejorando la vida de los demás aunque eso supusiese sentir la amenaza constante de la muerte.
Por primera vez desde que asesinaron a Gregorio Ordóñez los vascos recordamos un aniversario de su fallecimiento sin la presencia amenazante de ETA. Y por ello hoy es más necesario que nunca destacar que si esa banda de asesinos desalmados decidió parar, no lo hizo tras constatar que décadas de amenazas, extorsiones y asesinatos fueron injustas y condenables; lo hizo más bien gracias al empuje de tantas personas como Ordóñez, que impasibles ante la indignidad logramos arrinconar a la serpiente y a sus acólitos.
Con todo, del mismo modo que el ejemplo de decencia y honradez de Gregorio Ordóñez siguió y sigue presente tras su muerte, la desaparición de ETA no ha conllevado el fin de su legado de desvergüenza y descaro. Sólo pondré un ejemplo para dar cuenta de ello. Unos meses antes de que le asesinaran en San Sebastián, el terrorista José Antonio López Ruiz, alias Kubati, publicó una carta en Egin en la que citaba continuamente a Ordóñez. En ella expresó su “deseo esperanzador de que algún día, al poner la radio, oiga por ella una buena noticia que me alegre el día”. A Ordóñez lo enterraron en el cementerio de Polloe en 1995. Kubati salió de prisión en 2013 como etarra orgulloso de haberlo sido, es dirigente de Sortu y, como tantos otros de sus compañeros de la izquierda abertzale, utiliza su púlpito político para destacar constantemente el “compromiso” de los etarras que asolaron Euskadi y que arrebataron vidas como la de Gregorio Ordóñez.
Antes de su muerte, dejó dicho que él era radical en la lucha contra los violentos y en la defensa de la honradez. A quienes hacemos política sólo nos queda enfrentarnos a nuestro día a día preguntándonos qué diría él y qué haría él si tuviera que enfrentarse al ejercicio de blanqueamiento de ETA y de la izquierda abertzale que hoy se está llevando a cabo en Euskadi. Es así de fácil y así de difícil.
Amaya Fernández
Secretaria general del PP vasco